Si te recuerdo
no es por las puertas alzadas,
ni por el alborozo de los hombres,
ni por los ramos que te acompañan.
Si te recuerdo
es por tu gesto pensado y ofrecido.
Por la copa bendecida,
por el pan partido.
Por el llanto en los olivos,
por el silencio en el beso.
Por el camino que te juzga,
por la cruz que te acaba.
Por el suspiro que exclamas,
por el rostro que inclinas.
Si algo recuerdo,
si de Ti hay algo en mí,
es Tu vida entregada,
es Tu silencio que salva,
es Tu alianza sellada.
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