Vivía en Judea un matrimonio mayor, llamados Joaquín y Ana, que pedían a Dios, con fervor, una sola cosa: que les diera descendencia. Tan pura era su oración que el Señor los premió con un gran regalo: una bellísima niña a la que llamaron María.
María era dulce, fiel y amable, respetuosa con su familia y amiga de todos. Además, como sus padres, amaba a Dios sobre todas las cosas.
Y Dios, que nos conoce a todos en nuestro interior, la encontró tan pura y buena, que la reservó para la misión más importante: ser la Madre del Salvador y de todos los hombres.
El próximo lunes, celebraremos en el colegio la Virgen Niña.
Esperamos que os lo paséis muy bien y que el ejemplo de la Virgen...dulce, amable, cariñosa...
os acompañe siempre.
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